limpio y brillante.
Nariz fresca y profunda.
Ensambla toques de madera,
lácticos, vainilla y cuero con
aromas propios de la variedad.
Boca muy estructurada y potente.
Importante carga tánica,
equilibrado, carnoso y muy
persistente.
Evolucionará en botella a lo largo
de los próximos
cinco años.
Viña Solorca, Crianza 2002. R.D; D.O. y Miriam
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